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De basura a gasolina: El ingenio colombiano que transforma plástico en energía

  • Foto del escritor: Coequind Tienda virtual
    Coequind Tienda virtual
  • 15 oct
  • 1 Min. de lectura

En Barrancabermeja, el plástico tiene una segunda vida

En Barrancabermeja, ciudad históricamente ligada al petróleo, nace una paradoja brillante: botellas de plástico que regresan a su esencia original como combustibles. Mediante la pirólisis —un proceso térmico que descompone el plástico sin oxígeno, emprendedores locales han logrado extraer diesel, gasolina y parafinas de residuos que antes contaminaban ríos y vertederos. Esta idea, simple pero revolucionaria, parte de una lógica circular: si el plástico nace del petróleo, ¿por qué no devolverle su potencial energético?

El proceso no solo es técnicamente viable, sino económicamente transformador. Cada tonelada de plástico reciclado puede generar hasta 700 litros de combustible, creando un círculo virtuoso donde la basura se convierte en recurso y el cuidado ambiental se alía con el desarrollo industrial. Empresas como Bioenergía Andina ya comercializan estos derivados, demostrando que la sostenibilidad puede ser rentable y que la innovación no requiere de laboratorios extranjeros, sino de mentes audaces que vean oportunidades donde otros solo ven desechos.

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Este modelo es un faro para Sudamérica, región que produce millones de toneladas de residuos plásticos anuales. Barrancabermeja enseña que la clave está en repensar nuestros ciclos productivos: no extraer más, sino reinterpretar lo que ya existe. Si cada ciudad replicara esta idea, no solo reduciríamos la contaminación, sino que construiríamos una economía regenerativa donde nada se pierde y todo se transforma. El futuro energético podría estar, literalmente, en nuestra basura.


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