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La noble competencia entre Senegal y Colombia:¿Dónde late más fuerte el corazón humano?

  • Foto del escritor: Coequind Tienda virtual
    Coequind Tienda virtual
  • 15 oct
  • 1 Min. de lectura
En Senegal, la teranga es más que una tradición: es un abrazo al mundo.
En Senegal, la teranga es más que una tradición: es un abrazo al mundo.

En Senegal, la teranga no es solo una palabra: es un código sagrado de hospitalidad que convierte forasteros en familia. Esta tradición, tejida con la paciencia del té compartido y la generosidad sin condiciones, ha convertido al país en un faro de calidez humana. Mientras tanto, al otro lado del océano, Colombia escribe su propia epopeya de afecto sin nombre pero con igual intensidad, donde las puertas abiertas y el "¿quieres un tinto?" son himnos cotidianos de bienvenida.

Ambas naciones, de territorios y paisajes tan distantes entre sí , libran una silenciosa y hermosa competencia: demostrar que la humanidad brilla más cuando se da sin medida. En los pueblos cafeteros colombianos, el desconocido de ayer es el compadre de hoy; en las calles de Dakar, el viajero recibe direcciones acompañadas de sonrisas que no esperan nada a cambio. Son dos culturas que han convertido la acogida en arte y el encuentro en celebración.


La teranga no es solo una palabra: es un código sagrado de hospitalidad que convierte forasteros en familia.
La teranga no es solo una palabra: es un código sagrado de hospitalidad que convierte forasteros en familia.

Esta rivalidad amable nos recuerda que, en un mundo de prisas, aún existen territorios donde el tiempo se detiene para honrar al otro. No se trata de medir quién da más, sino de celebrar que en Senegal y Colombia como en cada rincón donde la hospitalidad es bandera, la esencia humana perdura, intacta y luminosa, siendo un constante recordatorio de que pertenecemos los unos a los otros.


 
 
 

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